En la sede de los Soportales no se ha encendido la luz de la galería esta noche, la primera desde la investidura. La actividad es más bien discreta, casi se diría clandestina. En una sala interior anexa al largo pasillo María Faraldo repasa la sentencia con Ventosa y Pablo Tomé. Sito ha optado por desaparecer ante el malestar con la obra del campo del Carregal y ya ni para en la peña a ver el fútbol, Gestal estaba entretenido supervisando los controles de la policía en la plaza de García Hermanos y Chus iba en visita institucional al Asilo. A la tarde ya la ha comentado con los otros demandantes y hasta con Jaime Pita.
M.F. Había que retirar la acusación contra los técnicos si queríamos que trabajen bien. – argumenta. – A fin de cuentas ya obtuvimos lo que queríamos con esto.
V. De aquella manera.
P.T. No me....... no me explico el........ el contenido de la sentencia – dice, trabándose más de lo habitual en los plenos, lo que provoca que los otros dos lo miren extrañados.- No sé..... no sé que ha podido pasar.
V. Pasó lo que pasó. – ahora es Pablito el que mira a Ventosa preguntándose si realmente todo le da igual o sólo lo parece.
M.F. Es igual, está bien. El daño está hecho. – trata de convencerse.- Aunque no estén condenados ya han pagado.
P.T. Yo creo.... creo que es una conspiración de la Csunta del bigobierno – afirma de carrerilla. Los otros dos lo miran con curiosidad y sorpresa.- Sí. Es una conspiración de la Csunta del bigobierno porque quieren hacernos daño, porque los responsables no están en desiertos lejanos ni en montañas remotas..... – Mary le corta el rollo.
M.F. Da igual lo que sea. Ya está.
V. Este hombre está muy afectado- observa, como quien ve llover.