Juan Manuel García Varela como reza la papeleta o el DNI o Juan Ventosa como le conocen. Conocido empresario de la localidad recién jubilado, compaginó su trabajo en la dirección de la empresa familiar con su pasión por el ciclismo. Aunque no tanto como alguno de sus hermanos, era frecuente verlo sobre una bicicleta y sin su inseparable puro en las marchas ciclistas de primavera. Incondicional de los vinos de las Callejas, Ventosa ya había sido tentado por la política en el pasado.
Fue concejal por la extinta UCD en las primeras elecciones democráticas, en el equipo que presidió Vicente de la Fuente tras la muerte prematura del querido Moncho. Laminada la UCD tras el fracaso de De la Fuente, Ventosa se dedicó a la empresa y a apoyar al Club Ciclista: su brillante gestión del concesionario lo ha hecho merecedor del reconocimiento público en numerosas ocasiones; gracias a su apoyo el club ciclista escribió las páginas más brillantes de su historia.
Nuevamente tentado por la política por María Faraldo, Ventosa queda a las puertas del Ayuntamiento hasta que Javier de la Fuente, hijo del que fuera su jefe de filas, abandona el PP. De esta época viene la imagen de un Ventosa franquista al ser el único concejal que vota en contra de la retirada de simbología y honores. A pesar de la caída del PP, que María Faraldo pase a ser la alcaldesa hace de Ventosa el nuevo concejal de Urbanismo.
Y si de antes se especulaba con los negocios realizados cuando fue concejal de la UCD, es de entender los rumores que se han disparado ahora. Porque Ventosa, a sus años, tenía una tranquila jubilación por delante para disfrutar de los placeres de la vida y ha sacrificado su tranquilidad por estar en boca de todos en un cargo para el que tampoco tiene arrestos o experiencia. Aunque no quiere decir que se vaya a privar de sus vinos o sus puros.
Fue concejal por la extinta UCD en las primeras elecciones democráticas, en el equipo que presidió Vicente de la Fuente tras la muerte prematura del querido Moncho. Laminada la UCD tras el fracaso de De la Fuente, Ventosa se dedicó a la empresa y a apoyar al Club Ciclista: su brillante gestión del concesionario lo ha hecho merecedor del reconocimiento público en numerosas ocasiones; gracias a su apoyo el club ciclista escribió las páginas más brillantes de su historia.
Nuevamente tentado por la política por María Faraldo, Ventosa queda a las puertas del Ayuntamiento hasta que Javier de la Fuente, hijo del que fuera su jefe de filas, abandona el PP. De esta época viene la imagen de un Ventosa franquista al ser el único concejal que vota en contra de la retirada de simbología y honores. A pesar de la caída del PP, que María Faraldo pase a ser la alcaldesa hace de Ventosa el nuevo concejal de Urbanismo.
Y si de antes se especulaba con los negocios realizados cuando fue concejal de la UCD, es de entender los rumores que se han disparado ahora. Porque Ventosa, a sus años, tenía una tranquila jubilación por delante para disfrutar de los placeres de la vida y ha sacrificado su tranquilidad por estar en boca de todos en un cargo para el que tampoco tiene arrestos o experiencia. Aunque no quiere decir que se vaya a privar de sus vinos o sus puros.
¿Es el convexo perfil de Ventosa el de un ambicioso en el otoño de la vida? ¿Puede tanto la tentación del poder para que un empresario de reconocido prestigio se doble ante ella? ¿Vale tanto el esfuerzo como para hipotecar la honorabilidad propia y la de su familia después de una vida de honrado trabajo? ¿Es su gesto y su nueva carrera política algo voluntario o se ve forzado a hacerlo?
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