Hace falta un golpe de efecto que acalle las críticas de una oposición que anda demasiado envalentonada últimamente. Mary ha quemado ya el cartucho de la presentación estelar de la fiesta de la tortilla, por lo que de momento no puede volver a usarlo. La situación es crítica pues se ha enterado que CxB prepara una fiesta de la familia para competir con su tortilla lo que le añade competencia dentro de su gobierno. Pablo, simplemente Tomé, no le ha proporcionado ninguna idea y tiene que buscarse ella sola el golpe de efecto que salve a su gobierno de tan delicada situación ante la opinión pública. María Faraldo piensa a la vez sobre donde estaría el PP brigantino sin ella.
Han pasado tres días. Nuestra sublime alcaldesa baja por la avenida Jesús García Naveira pisando con garbo y salero con sus tacones tachonados de lentejuelas turquesa. La rodean los maceros y la escuadra de guardia de honra del Concello. La siguen sus concejales: Sito Porcas en Babia, Gestal con la mirada perdida en algún punto ignoto del skyline de A Condesa, Chus Teijo apurando un cigarro y Pablo Tomé sacudiendo nerviosamente el poco flequillo que le queda perpetuamente a medio camino entre Mary y el resto de los ediles. Falta una vez más Ventosa, que aún el día anterior había vuelto a negar ser concejal de urbanismo. Detrás de ellos desfila una parte de la banda municipal muy mermada en efectivos alegando objeción de conciencia. Tocan un pasodoble con aire torero seguidos por el presidente local del PP, el resto de la junta directiva y un importante grupo de gente endomingada.
La prensa no da abasto. Flashes, fotografías y tomas de vídeo se suceden mientas un ex-concejal popular intenta hacerse hueco en medio del marasmo para sacar simpáticas instantáneas con su camarita digital. La alcaldesa parece ir caminando un palmo por encima del suelo, embargada de una felicidad rayana con el éxtasis teresiano. Sus concejales componen el gesto como mejor saben para pasar a la posteridad con la mejor pose. rodeada de una cohorte de personajillos. Unos iban muy tiesos. Otros muy solícitos y nerviosos. Ella hierática y majestuosa envuelta en su abrigo de piel y con sus clásicos tacozancos. Henchida de gozo parecía que más que andar, flotaba… pues no había adoquines, ni zanjas, ni alcantarillas desniveladas que pudieran turbar su marcha triunfal.
Cuando Mary sube a la tribuna instalada para la ocasión en la rotonda de las Cascas contiene por un segundo la respiración. Desconfía que los municipales no hayan cortado el tráfico y le aguen la intervención por las diferencias laborales que mantienen. La parroquia popular se ubica de forma que nadie pueda acercarse al estrado, quizá para contener una hipotética protesta del personal laboral del Ayuntamiento que tampoco acontece.
Mary concluye su discurso. Las palmas le han sabido a poco. No se le puede pedir más ruído a apenas cuarenta personas. Son las diez de la mañana de un domingo. Todo cerrado, Betanzos duerme. Lo importante es que la prensa mañana recoja bien el feliz suceso.